martes, 27 de marzo de 2012

COSTA CONCORDIA

              
En el mes de enero ocurrió un accidente en la isla de Giglio (Italia), en el barco Costa Concordia en el que viajaban 4229 personas, entre ellas 3209 pasajeros.
Después de que el Capitán Schettino decidiese, supuestamente sin autorización, acercarse a la costa de la isla provocando la rotura del casco cuando chocó contra un escollo.
Dice el capitán Schettino que no navegaba cerca del litoral, pero el Costa Concordia —un buque gigantesco, con más personas que muchos pueblos de la Toscana— yace en la orilla de la isla de Giglio, sobre el flanco de estribor, con una grieta de 70 metros en el casco y un misterio aún por resolver: ¿hay cadáveres en su interior? La noche del 13 de enero, a eso de las 21.30, los 3.200 pasajeros y 1.000 tripulantes que acababan de zarpar del puerto de Civitavecchia, a 80 kilómetros al noroeste de Roma— sintieron un fuerte impacto, un apagón momentáneo y el estruendo de los cristales al caer. Según coinciden cientos de testimonios, la tripulación quitó importancia al incidente, pero la inclinación progresiva del buque desató el pánico. Aunque 24 horas después del accidente las noticias seguían siendo confusas, ya es seguro que tres personas, dos turistas franceses y un marinero peruano, murieron y que las autoridades italianas tenían una lista de unos 40 posibles desaparecidos que en la mañana de este domingo han rebajado a 17. Tras declarar durante toda la jornada, el capitán, Francesco Schettino, de 50 años de edad y 30 de experiencia, fue detenido bajo la acusación de “homicidio culposo” y “abandono de pasajeros”.

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